Las comisiones de investigación sirven. Claro que sirven. Aunque alguno les quiera quitar enjundia a base de apelar al nombre oficial de ‘comisión informativa’. La de Limasa, que promovió y preside Ciudadanos, no para de arrojar datos y conclusiones. Algunos de carácter más técnico y otros, mucho más sonrojantes. El viernes, mi compañero Alejandro Carballo (me sustituía por un problema traumatológico) arrancó del presidente del comité de empresa, Manuel Belmonte, unas declaraciones nada edificantes. Sin especificar cuáles, pero matizando que los nuevos no, aseguró que le constaba que los partidos habían influido en la entrada de trabajadores en Limasa. Fue repreguntado y justificó la falta de denuncia al respecto “porque todos hemos estado dentro de ese juego”.

Sólo esta respuesta justifica esta comisión. Estamos hablando de una empresa mixta, con un 49% de capital público, que le cuesta a la ciudad 86 millones al año y que ofrece unos resultados desoladores. Y nos hemos acostumbrado a dar por buenas cosas así. Cosas como los puestos hereditarios. Como que se pague a los privados un canon de asistencia técnica por “asistirse a uno mismo” en el que se han desembolsado 24 millones que siguen sin justificarse al detalle como ha pedido dos veces Ciudadanos

Pero las comisiones están teniendo mucho más recorrido. Por ejemplo, en la sesión del viernes, Belmonte también dijo que el 70% de la basura orgánica se entierra. Parece, al menos, que con los envases no hay problema, si bien se realizan las tareas con retraso (el vídrio está externalizado).

Desde el punto de vista constructivo y de la organización del trabajo, el director del Área de Medio Ambiente, Luis Medina, puso el acento en trabajar en más redes de baldeo, mecanizar más el trabajo y en sistemas de control para mejorar y evaluar los resultados.

Ambos comparecientes reconocieron la falta práctica de efectivos. En el caso del equipo de gobierno se señala al elevado absentismo (14%) en una empresa que no cubre bajas tras un laudo de 2013.

Son sólo muestras de las muchas más que demuestran que la comisión sí que sirve.

Artículo publicado en Viva Málaga, el 12 de abril de 2016

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