Limasa es la única cuestión unánime en esta ciudad empeñada en darle vueltas siempre a los mismos asuntos. Todo el mundo comparte que el servicio es caro y pésimo. Y por eso, permítaseme la ironía, el alcalde ha decidido ya prorrogar unos meses este servicio como regalo a la ciudad. El contrato llega a su fin. Hace 16 años que tiene fecha de caducidad. Como la forma de proceder de De la Torre no es nueva, presentamos una moción a pleno en abril para fijar el 15 de julio como tope para tomar una decisión sobre el modelo de Limasa. No se va a cumplir. El alcalde ya relega la decisión a septiembre y en su equipo intuimos ciertas fisuras acerca de la cuestión.

Esta semana, quisimos volver a apremiar. Queremos ser prácticos y empezar a pensar en la Limasa del futuro. Así que pedimos un pleno extraordinario.

Ningún partido nos apoyó. Puede parecer un fracaso. Lo es para la ciudad. No para nosotros, que estamos llevando un discurso claro y diferenciador. Quedarse solo en algo relacionado con Limasa es casi un reconocimiento…

Si nos remontamos un año atrás, mientras PP y PSOE terminaban de atar el fiasco del Polo Digital, Ciudadanos nos empecinábamos en pedir una comisión de investigación. El concejal de Medio Ambiente, a preguntas nuestras, acababa de darle un 4 a la limpieza de la ciudad. Nos costó muchos meses aprobar la comisión, que trato de presidir con ecuanimidad. Dijeron que era un teatrillo. Estuvimos solos. Y ahora pocas voces niegan su utilidad.

Sesión tras sesión, queda patente que la empresa necesita un cambio integral de gestión, más mecanización y optimización de costes (vehículos, gasolina, asistencias…) Siempre lo defendimos. La empresa por ser pública o privada no va a ofrecer mayor servicio ‘per se’. Si finalmente se privatiza, espero que el pliego sea rotundo para que los pagos vayan en función de los resultados.

No entramos en la Casona con un modelo preconcebido. Tras mucho trabajo, muchas reuniones, muchas sesiones y opiniones testadas, creemos que Limasa (ojalá se le cambie el nombre, aunque sólo sea como mero efecto psicológico) tiene que ser privada y dividida por sectores o servicios. No es un capricho. Pensamos que es una manera de que compitan entre sí las empresas, pongan a disposición de Málaga toda su tecnología (ahora nos consta que hay recelos entre socios) y, además, se puedan evaluar los resultados de mejor forma.

¿Será más caro? Pues parece que algo más. Pero, a estas alturas, creo que el ciudadano antepone que su ciudad esté limpia. También hay muchos mitos: siempre se tiende a trasladar los costes de Limasa a la nueva empresa. Y no tiene por qué. ¿Por qué Zaragoza con más población que Málaga tiene un servicio privado que cuesta 12 millones menos al año?

limasa

Sigamos con la ‘soledad’ de Ciudadanos. Fuimos los únicos en no mirar hacia otro lado y acudir prestos a la Fiscalía después de que el presidente del comité de empresa, a preguntas de mi compañero Alejandro Carballo, insinuara enchufes por parte de los viejos partidos. Nos auguraban un corto recorrido. De momento, la cuestión sigue viva en los juzgados. Esperemos que todo quede en nada porque no sería nada deseable. Pero hemos cumplido.

Otra vez nos quedamos solos pidiendo despolitizar las relaciones laborales de Limasa. Las condiciones de los empleados de la empresa las firma y concede el alcalde. Y también ha quedado probado en la comisión, y eso lo han dicho todos los comparecientes, que las relaciones laborales deben mantenerse en el marco empresa-trabajadores. Porque, a fin de cuentas, Limasa es una empresa que ya se comporta como pública y así nos cuesta. Y el máximo responsable político no es otro que el señor alcalde. Una extraña empresa pública con el 51% privado.

También hemos estado solos llevando propuestas concretas (consulting externo, mapa de tránsito de las calles para ajustar servicios, contenedores de quita y pon, desgaje de algunos servicios, aprovechamiento económico de la planta de tratamiento…) Y mientras todo eso ocurría, los partidos de la izquierda se limitaban a llevar la única propuesta que han traído en un año: Limasa pública. Respetable, por supuesto. Pero pobre y simple.

Solos estuvimos como único partido de la oposición que en plena huelga brutal en la antesala de la Semana Santa se posicionó del lado del Ayuntamiento y del alcalde para intentar no echar gasolina al fuego y salvar la cuestión

En lo que no estamos solos es en criticar duramente a los socios privados. Es lo que tiene ser de centro y no sectario. Se han borrado sistemáticamente de los conflictos y han tenido gestos muy poco presentables como cuando se levantaron antes del final del consejo de Limasa tras la huelga. Les hicimos comparecer también en la comisión. Que sigue viva.

Tribuna publicada por Juan Cassá en Diario SUR el domingo 10 de julio de 2016