Frente a esa España bloqueada por los partidos del no; frente a ese desierto azotado por una tormenta que nubla el horizonte; en contraposición a ciudades con mal marco para invertir como Madrid, Barcelona o Valencia, Málaga es un oasis de estabilidad. Creo que la actitud de Ciudadanos, intenso fiscal e incesante negociador, ayuda a proyectar esa seguridad que invita a pensar en que este momento dulce se va a perpetuar. Ayer rubricamos un acuerdo para bajar en 12 millones los impuestos a los malagueños con medidas volcadas hacia familias, autónomos y comercio de proximidad.

Y, casi en paralelo, salimos de un pleno en el que hemos criticado muy duro el retraso para tomar una decisión sobre el futuro de Limasa o en el que hemos hecho comparecer al portavoz popular para inquirirle sobre los falsos autónomos del OMAU. Ésta es la verdadera revolución que ha introducido Ciudadanos en una vida política municipal acostumbrada a los sectarismos.

Promovemos en esta bajada de impuestos, por ejemplo, que se subvencione un 95% la plusvalía para que aquellos hijos que tienen la desgracia de perder a sus padres no tengan que pagar una fortuna por seguir viviendo en su casa. ¿Quién puede estar en contra? Sin embargo, mucho me temo que sólo Ciudadanos se ha preocupado de negociar, introducir medidas propias en la acción del equipo de gobierno y ser responsables con Málaga y aprobar las cuentas

¿Alguien puede estar en contra de eliminar la tasa de mercados?, ¿de quitar la tasa de apertura a pymes y pequeños comerciantes?, ¿de rebajar el ICIO, el impuesto de obras menores y reformas?, ¿de quitar la tasa de expedición de documentos?, ¿de gravar a las grandes empresas de telefonía?, ¿de aumentar las bonificaciones al IBI para que más familias se beneficien?, ¿de tener el bono anual de autobús más barato de España y extender la gratuidad a menores de 12 años?

Lo dudo. Pero lo fácil es el no de entrada. Ciudadanos no ha regalado el sí. Viene siendo negociado desde agosto. Y ha visto antes que los acuerdos anteriores están en marcha en un 90%. Creo que es esto lo que nos pide la gente: ser parte de la solución y no del problema

juancamaraArtículo publicado por Juan Cassá en Viva Málaga el martes 4 de octubre de 2016