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En el pleno de septiembre, Ciudadanos planteó en una moción que los técnicos municipales analizaran en profundidad y sin intromisiones políticas las variantes para semipeatonalizar la Alameda Principal. Desde un primer momento, lo vimos claro: la opción de dejar tráfico en el pasillo central y de ganar para el viandante ambos laterales era la mejor opción frente a la apuesta del alcalde, Francisco de la Torre, que, en principio, quería peatonalizar la franja central.

Ha pasado un mes y empieza a conocerse que la postura de los técnicos de la Casona a través de diferentes informaciones recogidas por los medios. Deben estar trabajando sin intromisiones, efectivamente. Tanto es así, que el Área de Movilidad ha elevado una propuesta en la línea de lo que defendíamos y el alcalde (cruzamos los dedos) parece que ha aceptado. Es por lo tanto un gran momento para Málaga y un gran momento para ser prácticos y empezar a avanzar en esta histórica transformación.

El sentido y la oportunidad de esta intervención están claros: la Junta de Andalucía ya incorpora en el proyecto del metro peatonalizar el lateral Norte (algo que también se recogía en el PEPRI Centro), así que el Ayuntamiento ‘sólo’ tiene que hacer frente con sus fondos al lado Sur. Además, podemos aprovechar las obras del metro para, casi en paralelo, acometer las peatonalizaciones y, por lo tanto, evitar a los malagueños años y años de molestias.

Peatonalizar ambos laterales sería una herramienta magnífica para que la Alameda cosa, conecte, no sea una barrera permanente y un medio hostil para el viandante. De este modo, tanto el Ensanche de Heredia como la calle Larios tendrían una continuación natural. El efecto en el tráfico, por otra parte, sería menor dejando el espacio central para vehículos, ya que, además, se cuenta con el desahogo de un Muelle Heredia cuya ampliación está prevista con la actuación comercial proyectada en el muelle 4.

Queda, eso sí, el gran reto de solucionar los tránsitos de coches en sentido perpendicular a la Alameda (Norte-Sur) y, por supuesto, afrontar la reordenación de paradas de las líneas de EMT. Porque la Alameda, hoy en día, lejos de ser ese gran salón para el que fue proyectada, es una inhóspita estación de autobuses al aire libre.

Los mimbres del acuerdo están, cojamos velocidad de crucero.

Artículo publicado por Juan Cassá en Viva Málaga el martes 18 de octubre de 2016