Uno de nuestros ejes de acción desde que entramos en el Ayuntamiento es el de reforestar los parques perirubanos y los montes que rodean Málaga. Es vital para prevenir la erosión y pérdida de suelo y las inundaciones; para mejorar la calidad del aire, y, evidentemente, desde el punto de vista ambiental y paisajístico. Desde las primeras negociaciones presupuestarias, pusimos sobre la mesa la necesidad de intervenir y mover ficha en pro de una Málaga más verde y pactamos la plantación de 50.000 árboles en diez parques periurbanos correspondientes a seis distritos de la ciudad. El presupuesto global se tradujo en más de 200.000 euros y se incorporaba un proyecto experimental de semillado de nuevos entornos (con un millón de unidades).

La primera fase tuvo un resultado desigual, dado que algunos parques como Cañaveral fueron un éxito, con una supervivencia superior a la mitad, y otros, como Monte Victoria, todo lo contrario, con apenas el 5% de ejemplares que se hayan mantenido vivos. Por eso, para la segunda fase, pusimos sobre la mesa de aplicar mayor control, vigilancia y riegos auxiliares si es necesario, algo con lo que se ha comprometido el equipo de gobierno.

Es importante elegir bien los meses en los que se planta para evitar que los plantones se achicharren literalmente. Por eso, la segunda fase, que ahora toca a su fin, comenzó a desarrollarse el pasado mes de diciembre. Las plantaciones afectan a una superficie de 457.000 metros cuadrados correspondientes a los parques Lagarillo Blanco, Ciudad de Málaga (el único del Plan Guadalmedina que en su día se abordó), La Pelusa, Cerro Coronado y Monte Victoria. Entre las especies plantadas, lógicamente características del bosque mediterráneo, destacan diferentes tipos de pino, encinas, algarrobos, lentiscos…

Lo ideal es que la Junta de Andalucía pudiera sumarse a este esfuerzo municipal y recuperar aquel ambicioso proyecto de Cinturón Verde, sobre todo en la cuenca alta del Guadalmedina, del que nunca más se supo, a pesar de que es otra de esas cuestiones que llevamos a uno de los últimos plenos municipales. Es fundamental repoblar estas zonas para evitar que el agua fluya sin freno alguno en caso de gota fría y que, además, arrastre a su paso gran cantidad de tierra y sedimentos.

Artículo publicado por Juan Cassá, el martes 6 de febrero de 2018