Que las personas con discapacidad intelectual puedan acceder al empleo público es una preocupación que Ciudadanos viene demostrando desde que entramos en el Ayuntamiento de Málaga. Y así lo hemos reflejado con dos mociones debatidas en plenos y comisiones, iniciativas que han cristalizado en 150.000 euros de dotación en los presupuestos de este año 2018, que acabamos de negociar con el equipo de gobierno. Hemos conseguido esta partida que creemos de justicia y ahora vamos a vigilar para que se ejecute y, de este modo, se pueda dar la oportunidad a algunas de estas personas, para ayudarles en su autonomía y realización personal.

Por eso ayer registramos una batería de preguntas en la Comisión de Economía, en la que se debaten también las políticas de empleo público. Queremos saber exhaustivamente las previsiones para este ejercicio. Es, sin duda, una buena manera de recoger y canalizar las inquietudes de entidades que desempeñan una impagable labor, como son  Down Málaga, Aproínla o la Fundación Marcelino Champagnat (ligada a los hermanos Maristas).

Entendemos que más allá del 2% legal de plazas que deben reservarse para determinados puestos en la oferta de empleo público, la Administración puede ir más allá. Máxime en el caso de un Ayuntamiento como el de Málaga en el que existen sociedades y empresas públicas y cabe realizar convenios para prácticas o trabajo.

La Administración no puede absorber toda la demanda, está claro, pero debe dar ejemplo, como ya lo están haciendo muchas empresas privadas. Hay que tener en cuenta que se estima que el 60% de las personas con discapacidad intelectual que estarían en condiciones de trabajar en nuestro país no pueden hacerlo. Y esas puertas hay que abrirlas. Si el trabajo es importante para todo el mundo, en el caso de estas personas aumenta su autonomía personal, favorece su integración y participación en la sociedad y, evidentemente, eleva su autoestima. Eso, sin contar con la satisfacción y desahogo para el entorno familiar.

Hay mociones e iniciativas que muchas veces escapan de los grandes titulares mediáticos, pero son sin duda motivos de orgullo. Ojalá el Ayuntamiento de Málaga sea precursor en esto.

Artículo publicado por Juan Cassá en Viva Málaga, el martes 29 de mayo de 2018