Aún fijo en la retina algunos instantes emocionantes y mágicos capturados este sábado en la Plaza de la Constitución, durante el España Ciudadana, esa gran plataforma civil que trata de reivindicar con orgullo valores de patriotismo, igualdad y solidaridad entre territorios. Málaga fue la segunda etapa de esta gira ilusionante en que tratamos de implicar a la sociedad civil. Y Málaga no falló. 4.000 personas abarrotaron esta plaza tan simbólica para clamar por que haya elecciones y para pedir el fin de los privilegios territoriales y los ‘cuponazos’, como el vasco.

El plantel, de lujo. Al que va a ser el presidente de todos los españoles, Albert Rivera, le precedieron el Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, que recordó la modélica Transición que hizo que España maravillara al mundo; la investigadora y profesora  María Elvira Roca; el exentrenador nacional de baloncesto Javier Imbroda; el empresario y deportista Kike Sarasola y la magistrada de la Audiencia de Málaga, María José Torres, que puso toda la carne en el asador para reivindicar una justicia despolitizada y con los suficientes medios técnicos y humanos. Talento, valentía, ejemplos de superación y competitividad… Un verdadero lujo contar con ellos.

Albert aprovechó para poner encima de la mesa una propuesta clara: una ley electoral que obligue a tener el 3% del total de votos a nivel nacional para poder entrar en el Congreso de los Diputados: No podemos estar en manos del  0,5 o 0,7% de los votos nacionalistas que se dedican a chantajear y cambiar gobiernos. Algunos países de nuestro entorno fijan porcentajes incluso superiores. Así, Alemania impone un 5%; Noruega, Grecia y Austria, un 3, o Dinamarca, un 2.

El presidente de mi partido recordó sus orígenes malagueños. Habló de los veranos viajando en avión con un cartelito para ser recogido por su familia malagueña; de la pesca en el Morro; del oficio de numismático de su abuelo; del Rincón de la Victoria, de Cútar… Uno tiene que estar orgulloso de sus orígenes. Y por eso, mientras países como Francia o EEUU lucen sus banderas y nadie les insulta por ello, los españoles tenemos que reclamar ese patriotismo. Porque un patriota defiende lo suyo sin atacar a nadie. Justo al contrario de lo que hoy hacen los nacionalistas radicales en nuestro país.

Artículo publicado por Juan Cassá en Viva Málaga, el martes 19 de junio de 2018