Anda el PP intentando ganar alguna vez en Andalucía plantando estacas por la calle. Estacas en las que, con razón, acusan al PSOE y la Junta de olvidar a Málaga. Estacas en las que deslizan sin pudor las siglas de Ciudadanos como si los grandes proyectos bloqueados desde siempre no fueran culpa pura y dura del bipartidismo. Anda el PSOE lento en hacer sus contraestacas. Mucho tardan. Podrían llenar la ciudad de deudas del PP con Málaga. Y así tendríamos otro duelo de rojos y azules lanzándose los incumplimientos a la cabeza. Como siempre. Sin remedio. Qué necesidad más urgente de cambio de interlocución. El bipartidismo es un lastre para Málaga. Ayuntamiento y Junta, Junta y Ayuntamiento, se lanzan puyas mediáticas. Pero no se sientan. Ni hablan.

Anda el PP en estos días acusando a Ciudadanos de no cumplir con el Guadalmedina. Aquí parece que han cambiado la estaca por la brocha gorda. Todo lo que ha hecho el PP por el río fue, en tiempos de Celia Villalobos, anunciar en plena campaña un plan electoralista dibujado con humo en el que se iban a invertir 500 millones de euros. De ese plan, ni metro por medio del cauce, ni túneles de desvío, ni medidas antiinundaciones en los arroyos afluentes… Nada. Bueno, sí, un parque, el Ciudad de Málaga, que se secó por completo. Eso, el PP, responsable hasta el momento en que las competencias se traspasaron a la Junta de Andalucía.

El PSOE no se ha tomado ni el mínimo interés político por este río. Nada. Cero. Ni declaraciones apenas. Y eso que anda el candidato a la Alcaldía, Daniel Pérez, tomando el Guadalmedina como referencia de sus orígenes. Además del tramo urbano, toda la corona superior, el cauce fluvial que discurre entre nuestros montes necesita de ese cinturón verde que hace décadas prometió la Junta y del que no se ha plantado ni un solo árbol. Sería un gran avance no sólo paisajístico, sino también en cuanto al refuerzo de la seguridad ante inundaciones y avenidas.

En estos años, ha habido buenos proyectos para el Guadalmedina, como el del concurso de ideas (uno más no vinculante) que ganó el equipo de José Seguí y que incorporaba espacios públicos, zonas verdes, senderos, áreas deportivas…  Pero, nada. La deslealtad institucional es insoportable. No hay estaca suficientemente grande para simbolizarla.

Artículo publicado por Juan Cassá en Viva Málaga, el martes 10 de julio de 2018