Pienso que los representantes públicos tenemos un compromiso con la educación y la formación, aunque apenas tengamos competencias porque nuestro ejercicio político es local. Es una certeza que la educación es la mejor inversión porque siempre revierte en la sociedad. Quiero, dado que ayer se celebró el Día Internacional de la Mujer en la Ciencia, poner el acento en la urgente necesidad de fomentar las vocaciones científicas y especialmente entre las mujeres. Hay que revertir los datos. Ahora las mujeres en carreras STEM no llegan ni de lejos a un tercio.

Ciudadanos hemos sabido escuchar a la sociedad civil. Hemos atendido con interés a colectivos que van desde el Málaga Code, un grupo de expertos convencidos de la necesidad de que la programación y la robótica estén muy presentes en la educación desde edades muy tempranas, a Ingeniera Soy, un organización sin ánimo de lucro cuyo nombre es elocuente con sus fines.

Aquel Málaga Code cristalizó en Málaga Byte, un programa pionero con dos ediciones concluidas. 21.000 alumnos se han formado en robótica y programación en los 11 distritos. Gratis y en horario escolar. Este año pretendemos implicar a entidades que prestan apoyo educativo a chavales que viven en entornos complicados, como es el caso de Altamar, en la Trinidad. Dentro de Málaga Byte también ha habido acciones específicas para la mujer.

De la mano de Ingeniera Soy, además del binomio ciencia-mujer, hemos apostado por ser ambiciosos y proponer que Málaga presente sus credenciales para albergar alguna de las próximas ediciones de la fase final de la World Robot Olympiad, una competición juvenil a nivel mundial de robótica educativa que se celebra cada año en más de 300 ciudades en todo el mundo y que está dirigida a niños de 8 a 16 años.

Otras acciones que hemos impulsado son el evento Talent Woman (con 7.000 asistentes) o el aumento presupuestario a Gamepolis. Del mismo modo, defendimos la importancia de contar con una universidad privada del estilo de la Utad para especializar y generar verdaderos polos de talento y tecnología.

Hay que seguir incidiendo en la importancia de que las chicas se animen a cursar carreras STEM. Es vital en la estrategia de diversificación del modelo productivo de Málaga y para que nuestro sello tecnológico sea algo más que nombres rimbombantes. 

Artículo publicado por Juan Cassá en Viva Málaga, el martes 12 de febrero de 2019