Todos convendremos de que España atraviesa su crisis institucional más profunda, al menos por lo duradero, desde la Transición, aquel proceso ejemplar que fue objeto de estudio y admiración en medio mundo. Porque allí estuvieron Fraga con Carrillo, Suárez con González, vascos, catalanes… Allí quienes se situaron en las antípodas del pensamiento supieron apelar a los aspectos que les unían. Y nos brindaron la etapa más próspera y de calidad democrática que hayamos conocido. Eso que algunos llaman Régimen del 78 es el paradigma de la política de Estado. Por cierto, la izquierda, el PCE, siempre tuvo muy clara esta visión, pero ahora, arrastrada por Podemos y satélites, ya ni acude a celebrar en muchos casos el Día de la Constitución.

Pero volvamos a ese 221, que es la cifra que suman los diputados de PSOE, PP y Cs. España necesita un Gobierno fuerte y moderado. Ningún acuerdo será bueno para España si entraña desigualdades entre territorios. Y a eso nos puede abocar un posible Gobierno de Pedro Sánchez con ERC y otras formaciones nacionalistas. En Ciudadanos defendemos esta convergencia entre las formaciones moderadas porque es este proyecto de convivencia el que está en juego. Es la propia unidad de España y nuestro futuro lo que peligra.

Cs nació como contestación al alza de los ‘nacioegoísmos’. Estamos hartos de una España de cupos en la que ni siquiera hay igualdad entre los opositores que desean aspirar a la función pública por cuestión de los idiomas. O en la que hay problemas con las tarjetas sanitarias según en qué comunidad nos movamos. Y comunidades infrafinanciadas en detrimento de otras. Y tantas cosas imposibles de enumerar.

Queremos un país de ciudadanos libres e iguales. Y somos el único partido que ha puesto encima de la mesa una alternativa al ‘pacto del horror’. Estos 221 escaños funcionarían como un dique de contención frente a los populistas (de izquierdas y derechas) y a los nacionalistas. Es el momento de aparcar las siglas y pensar en el proyecto común, en un país con graves problemas como el de los datos del INE hechos públicos ayer que nos escupen que empieza a ser dramática la diferencia negativa entre nacimientos y defunciones.

Sánchez debe aceptar la oferta de Inés Arrimadas, sentarse y pensar por una vez en algo más que no sean él mismo y su calculadora electoral. Es el mejor homenaje que podemos hacerle a la Constitución y su preámbulo y a aquella hornada de políticos generosos que aceleró la entrada de España en la democracia.

Artículo publicado por Noelia Losada, portavoz de Cs Málaga y concejala de Cultura, Deporte y Teatinos, en Viva Málaga, el jueves 12 de diciembre de 2019