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Si hay algo que me está impactando especialmente en este ya año y medio que llevo como portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento es la gente que tiene Málaga y el trabajo extraordinario de gran parte de su sociedad civil encarnada en las cofradías y hermandades. El sábado tuve la inmensa fortuna de asistir a una cena organizada por el Rescate con el loable objetivo de recaudar fondos para la Fundación Corinto. Altruismo en estado puro. Un bullicio de hermanos de aquí para allá para que todo estuviera listo, a punto. Gente desinteresada que dedica un sábado por la noche a ayudar a los demás y a optar por la ‘incomodidad’ del trabajo duro frente al ocio cierto que un fin de semana ofrece en una ciudad dinámica como Málaga.

Tuve la ocasión de departir con el expresidente de la Agrupación de Cofradías, Rafael Recio, y con los hermanos mayores de Mena, Misericordia, Dolores del Puente, Sentencia o Rescate (pido disculpas si me olvido de alguien). A todos ellos, quiero transmitirles mi gratitud porque, más allá de la fe que uno tenga, las cofradías representan cohesión social, patrimonio histórico y cultural y muchos ingresos para la ciudad de Málaga. Tan sólo en Semana Santa, la ciudad factura unos 38 millones de euros, a los que hay que añadir el efecto goteo en el comercio y la hostelería de cada fin de semana en el que se programan actos cofrades. Pese a todo, hay partidos en la izquierda que intentan reducir torticeramente a las cofradías a mera cuestión de fe, sin atender a estos factores que acabo de mencionar.

Las cofradías son ventanas a la sociedad los 365 días al año y no sólo los 7 de la Semana de Pasión. La Fundación Corinto, a la que me referí al principio, es un claro ejemplo. Está conformada por 30 cofradías de Pasión y una de Gloria. Este jueves mismo tendré la oportunidad de visitar su economato, al que estamos apoyando decididamente desde el Ayuntamiento merced al acuerdo presupuestario de Ciudadanos con el equipo de gobierno. No puede ser de otra forma. Esos cinco años que llevaban de entrega a los demás merecían una recompensa, un empujón. Son cientos de familias a las que ayudan. Son calor y cercanía para quienes peor lo pasan. Corinto, en definitiva, al rescate de la gente, valga el juego de palabras.

Artículo publicado por Juan Cassá en Viva Málaga el martes 15 de noviembre de 2016