Juan Manuel Muñoz Gambero es un insigne arqueólogo que descubrió el yacimiento ibero-púnico del Cerro de la Tortuga, en los aledaños de Castañón de Mena. También trabajó investigando el Cerro del Villar, en la desembocadura del Guadalhorce, que incluso sitúa como posible origen fundacional de Málaga en tiempos fenicios. Este hombre, que amablemente intervendrá la próxima semana en la Comisión de Urbanismo en apoyo a una moción de Cs para que sigan las excavaciones y se promuevan parques arqueológicos en ambas zonas, aseguraba que ambos tesoros son una referencia en países como Líbano o en la propia Unesco y que, en cambio, en Málaga son grandes desconocidos. Y esa idea es precisamente el hilo conductor de una secuencia de mociones que llevamos defendiendo en los últimos meses.

Hemos llevado iniciativas para apostar por el Cementerio de San Miguel y su Plaza del Patrocinio; para la rehabilitación de la antigua Casa Cuna; para la recuperación del camarín del Perchel y la Noria de Martiricos; para conservar la antigua fábrica Fiat LUX; para instalar códigos QR en monumentos y calles con nombres relevantes; recordar las visitas de Cervantes a la ciudad, o, en el marco del Plan Gibralfaro, para conectar Mundo Nuevo y calle Agua y hacer visitable la mezquita funeraria del siglo XII…

Es cierto que podemos presumir de soberbios fondos arqueológicos en la última planta del Museo de Málaga y está claro que tenemos el Teatro Romano. Pero, ¿qué hay de la arqueología a cielo abierto? Tenemos que interiorizar que Málaga tiene el mismo potencial arqueológico y monumental que muchas ciudades del Mediterráneo que sí sacan mucho más partido orgullosas a su historia.

Málaga no puede seguir viviendo de espaldas a sus orígenes, a su historia, al mar… Málaga necesita reconciliarse con el Mediterráneo; revivir ese esplendor que durante todas las épocas ha llegado en barco; celebrar el 200 aniversario de la Farola este año con una gran exposición, replantearse en serio la idea de contar con un Museo Marítimo…

Ciudadanos se alegra sobremanera de que los grandes museos hayan relanzado la marca de Málaga. Hay que ser muy sectario para no reconocer esto. Cabe mejorar su gestión económica, pero gran parte de los datos turísticos y el prestigio de la ciudad viene de la mano de la política cultural realizada. Pero, en paralelo, debemos apostar por lo nuestro.

Artículo publicado por Juan Cassá en Viva Málaga el martes 11 de abril de 2017