Se cumplen dos años desde que Ciudadanos entró en el Ayuntamiento de Málaga. Y cabe plantearse dos preguntas. ¿Qué gran ciudad española puede presumir ahora mismo del marco estable de Málaga? Ninguna. ¿Qué partido en la oposición, más allá de Cs, realiza propuestas prácticamente diarias para seguir consolidando la Málaga moderna que queremos? Ninguno.

Vivimos tiempos políticos inestables (no en Málaga, por suerte). Ante la ausencia de referentes moderados en la izquierda, ganan terreno el populismo y el radicalismo que sólo quieren demoler. Nosotros, frente a esto, además de un constante esfuerzo propositivo y negociador, practicamos la teoría del castillo de naipes. Hay que eliminar las cartas que no nos gustan o cambiarlas de sitio poco a poco, para no tirar el edificio. Frente al no por el no, Cs no bloquea los presupuestos, sino que los aprueba a cambio de medidas que entendemos buenas para la ciudad.  Y eso no es incompatible con criticar con dureza los asuntos que creemos que están mal gestionados e, incluso, con ir a Fiscalía como hicimos con Limasa.

En lo que al equipo de gobierno respecta, sigue lastrado en muchas ocasiones por la falta de líneas rectas, los complejos y decisiones poco pragmáticas. La acción de gobierno queda muchas veces sepultada en la propia maraña de procedimientos. Falta una administración más ligera, más resolutiva, más enfocada a los inversores y a los ciudadanos de a pie que quieren realizar trámites.

Así que en este marco nos movemos, evitando poner palos en las ruedas y sacando adelante buenas ideas para Málaga. Ideas como el Plan Especial del Monte Gibralfaro; la reforestación de 10 parques del cinturón urbano (50.000 árboles); la peatonalización de Ancha del Carmen; la semipeatonalización de la Alameda; la reforma de la Plaza del Patrocinio y la rehabilitación del cementerio de San Miguel; parques de sombra en La Alegría y el Cine; Málaga Byte, con informática, robótica y programación para 10.000 escolares; 13 supermercados solidarios para 13.000 familias que lo pasan mal; la rebaja de 1,1 millones en sueldos de gerentes; la eliminación de los directores de distrito elegidos por criterios de carné político; la rebaja en 22 millones de euros de impuestos…

Podría seguir la enumeración. Y, sin duda, seguirá la suma de proyectos en estos dos años que nos quedan de mandato.

 

Artículo publicado por Juan Cassá en Viva Málaga, el martes 20 de junio de 2017