España pierde competitividad por la maraña de trámites en la que enredamos a los inversores. En Andalucía, la cuestión aún se agrava más, como han denunciado en diferentes ocasiones colectivos profesionales como los arquitectos. Hay trámites que directamente aparecen duplicados o que bien podrían llevarse a cabo en acto único. Un ejemplo claro de estas dificultades es el hotel rascacielos proyectado en el dique de Levante, que desde Ciudadanos apoyamos sin complejos. Esperemos que el informe de impacto ambiental (que, ojo, es sobre el cambio de uso del suelo y no sobre la torre) sea por la vía abreviada. Podríamos aligerar así la odisea para que este necesario proyecto vea la luz. Con todo, aún le quedarán casi 40 trámites.

Conseguir el trámite ambiental abreviado no es baladí. Estamos hablando de tardar seis meses o cerca de dos años. La diferencia puede ser letal para aburrir a un inversor que recordemos que ya ha puesto un aval de unos 2 millones de euros.

El rascacielos, al igual que Barcelona tiene su hotel Vela mirando al mar, bien puede convertirse en un gran emblema para la ciudad. Necesitamos turismo de lujo, apostar claramente por la calidad, y no debemos dejar pasar oportunidades para ello, máxime cuando la coyuntura internacional fortalece la posición de Málaga.

Es difícil no entender los beneficios de una inversión de 115 millones de euros que pueden traducirse en un millar de empleos. La construcción y el funcionamiento del edificio dispararán, además, la repercusión indirecta.

No hay que demonizar la altura. Ni mucho menos. El otro día, el propio edil de Urbanismo reflexionaba sobre la oportunidad perdida en el Paseo de Poniente para haber aprovechado para proyectar edificios singulares en altura. Tiene razón. Imagínense esa zona como referente de la arquitectura de vanguardia, con un ‘skyline’ futurista, como han hecho ciudades como la propia Barcelona, Rotterdam y un sinfín de ejemplos más.

Yo espero que los técnicos de Medio Ambiente aguanten bien las presiones de quienes esgrimen la bandera del ‘cuanto peor, mejor’ y se oponen sistemáticamente a todo lo que huela a progreso y avance. Espero que no espantemos a los inversores. Sí, al hotel del puerto. Sin duda. Y espero que lo veamos pronto.

Artículo publicado por Juan Cassá en Viva Málaga, el martes 3 de octubre de 2017