No, no se crean que me he equivocado de título. Sirva este artículo para agradecer a Puigdemont, Junqueras y a las CUP por haber hecho tanto por la unidad de España. Han unido a los españoles en torno a un proyecto claro de convivencia, aperturista, proeuropeo, para estar juntos, para aprovechar nuestras fortalezas… El nacionalismo se quiere cargar este país y se empieza a dar cuenta de que lo primero que va a destrozar es la economía de Cataluña, con una salida masiva de empresas. Los golpistas no lo van a conseguir porque este trío nefasto nos ha hecho más fuertes.

La jornada del domingo fue histórica. “Se acabó el silencio”, resumía mi compañero Juan Carlos Girauta en un certero tuit. Y luego llegaron Vargas Llosa y Borrell. ¡Menudo espejo para un PSOE ambiguo y desnortado! Necesitamos más estadistas y menos cortoplacismo. Ciudadanos somos muy críticos con Rajoy y con su inmovilismo. Y estamos hartos de la corrupción y de muchos problemas más. Pero es momento para cerrar filas, no mezclar temas e intentar no pescar en río revuelto de manera torticera. Y en esto estoy orgullosísimo de la labor de Albert Rivera y nuestra portavoz en el Parlament, Inés Arrimadas.

La Cataluña silenciada es española, europea, global, aperturista, cultural, emprendedora… Los catalanes silenciados no son menos catalanes que los demás. Y, pese a tener menos escaños, suponen más población. Espero que la fractura que han generado estos irresponsables suelde pronto.

Me gustaría reconocer una vez más el papel de la Policía Nacional y la Guardia Civil, fieles servidores públicos, a los que se ha tratado como enemigos represores cuando son los garantes de nuestras libertades y derechos, tal y como se consagra en el artículo 104 de la Constitución. Ayer anunciamos que pediremos una calle para ellos en Málaga. Y me consta que Ciudadanos, mi partido, seguirá luchando por su equiparación salarial con otras policías autonómicas.

Por último, no me gustaría terminar este artículo haciendo alusión a la irresponsabilidad de la izquierda radical y el populismo en este asunto. Han demostrado que sólo se alimentan de problemas y tensión y que para ellos cuanto peor, mejor. Pues no, cuanto peor, peor. Y no piensen que eso de las CUP es algo lejano. Esa forma de hacer política se sienta en muchos parlamentos y muchos ayuntamientos, como el de Málaga.

Artículo publicado por Juan Cassá en el periódico Viva Málaga, el martes 10 de octubre de 2017