Empezamos la semana con esperanzas renovadas de que los vecinos de Carretera de Cádiz y Cruz de Humilladero y todos los malagueños en general podamos estar más cerca de contar con un gran parque en los antiguos terrenos de Repsol. Los repetidos contactos con vecinos y federaciones como Cívilis nos llevaron a situar esta prioridad como línea naranja para sentarnos a negociar presupuestos. Y hemos conseguido reenfocar la cuestión: el parque será lo primero en ejecutarse y su superficie será prácticamente del doble que la inicialmente estipulada. Serán 130.000 metros cuadrados de zona verde en lugar de los 70.000 del proyecto original del PP. Y no sólo eso. Intentaremos que sea financiado por la Sareb, el banco malo, que tiene los derechos sobre una de las torres. Pero en caso de no ser así, hemos cerrado con el alcalde el compromiso de que el Ayuntamiento asumirá los 8 millones que costará el parque y procederá en solitario.

Y es que está claro que no es lo mismo 8 que 80. No es un juego de palabras facilón. 80 millones es lo que costaría aproximadamente la propuesta inasumible de la izquierda para estos terrenos. ¿Por qué? Porque además del parque habría que abordar la compra de derechos edificatorios a la Sareb y otros promotores de VPO. Y todo para lograr apenas 20.000 metros cuadrados más de zona verde (toda la parcela es imposible, dado que por ahí discurre el trazado del bulevar sobre las vías del tren).

Impulsar este gran pulmón es el primero de los acuerdos alcanzados con el equipo de gobierno. Pero la interlocución permanecerá abierta. La coyuntura actual descarta prácticamente cualquier intervención en los rascacielos proyectados. Seguimos pensando que hay que bajar el volumen previsto, pero cada paso que se vaya dando, si en algún momento llegan ofertas, se irá consensuando. Nada que vaya a pasar en este mandato.

Ciudadanos ha dado una lección de entendimiento y voluntad negociadora. Si no nos hubiéramos movido, ese gran descampado no tendría visos de registrar avances, dadas las posturas inmovilistas de PP e izquierda. Aquí a todo el mundo se le llena la boca pidiendo negociación y diálogo pero luego nadie se baja del burro ni se mueve un milímetro. Negociar es ceder y no ir a máximos. Y anteponer los intereses de Málaga a los partidistas. Y así lo ha hecho Ciudadanos. Y no nos da igual 8 que 80.

Artículo publicado por Juan Cassá en Viva Málaga el martes, 19 de diciembre de 2017