Ciudadanos denuncia el abandono y estado de dejadez que presenta la calle Moncada, en el barrio de la Princesa, y pedirá en la próxima Comisión de Urbanismo la limpieza, desbroce y asfaltado de esta calle, al tiempo que urge a estudiar una solución, de la mano de vecinos y propietarios afectados, para desbloquear el desarrollo urbanístico de esta zona, antigua Colonia Tradicional Popular, donde la mayor parte de vecinos se ha visto obligado a abandonar sus casas ante la imposibilidad de realizar ningún tipo de reforma.

“Hay que poner fin a más de dos décadas de dejadez y promesas incumplidas y tratar a estos vecinos, que pagan sus impuestos, con la dignidad que merecen”, reivindica el portavoz Juan Cassá, que critica los problemas de limpieza, falta de acerado, terreno desigual o inexistente accesibilidad que han convertido este enclave en un punto negro de la Carretera de Cádiz.

La formación naranja apremia al equipo de Gobierno a que no siga dando la espalda a estos vecinos que, pese a vivir frente a la estación de metro de La Isla y el remozado puente Juan Pablo II, ven cómo los servicios más básicos de una ciudad del siglo XXI como Málaga pasan de largo.

“No es de recibo que mientras el Ayuntamiento de Málaga no actúa ni llega ningún inversor para estos suelos, calificados en el último Plan General de Ordenación Urbana como suelo urbano dentro de una Unidad de Ejecución, estos vecinos sigan viendo cómo el tiempo se congela aquí”, critica Cassá.

Ciudadanos Málaga recuerda en la iniciativa que los vecinos presentaron alegaciones al cambio de calificación urbanística de este espacio en el año 1997, que inicialmente se planteó como una ventaja y expectativas de futuro halagüeñas, y se ha convertido en una auténtica pesadilla de bloqueo urbanístico para los propietarios, sin posibilidad de actuación alguna, lo que ha acarreado a la larga el exilio de los inquilinos, y ha provocado la entrada de okupas al interior de muchas de estas antiguas casas matas, ahora tapiadas.

La formación critica que la zona se ha convertido en la actualidad en un aparcamiento improvisado para coches con un terreno desigual, en el que asoman los restos del viejo empedrado que allá por el año 2000 revestía esta calle, sin acera, repleto de basura, malas hierbas, colonias de gatos ferales, y donde los vecinos más incívicos hacen sus necesidades cuando cae la noche.