Por desgracia, el tiempo nos ha dado la razón. Y duele. Duele ver cómo el mar ha dejado en nada una playa histórica y popular como la de San Andrés. La situación es dramática y todavía no ha llegado el tiempo de temporales. Los vecinos llevan años denunciando la inacción de las administraciones y la ineficacia de las medidas adoptadas por la Autoridad Portuaria, que es la responsable de reponer arena en la zona, habida cuenta de que fue la construcción del Dique de Levante la que ha desencadenado esta erosión progresiva del borde costero.

El pasado mes de junio, trajimos una moción a la Comisión de Medio Ambiente tras reunirnos con la plataforma ‘Salvemos la playa de San Andrés’ y otros representantes vecinales. En ella reclamábamos soluciones a largo plazo para evitar este triste fenómeno. Queríamos coordinación entre Autoridad Portuaria y Costas porque quizás haya que pensar en algún tipo de solución a base de espigones. Hay estudios de la Universidad de Cantabria acerca de lo que debe hacerse para conservar esta playa tan popular. Pero parece que no son suficientes.

La primavera pasada, se aportaron 19.000 metros cúbicos de arena a la playa de San Andrés. Pero el mar se los ha vuelto a llevar. Teóricamente faltaban 36.000 metros cúbicos más para llegar a los 55.000 previstos, pero, vistas las fotos de los últimos días, tampoco soy muy optimista.

La pérdida de arena no es un problema exclusivo de esta parte del litoral. Hay punto negros especialmente castigados especialmente cada año por los temporales como Baños del Carmen o Sacaba Beach, sobre los que ya hemos puesto el foco en diferentes ocasiones.

Yo siempre digo que la construcción de sistemas de espigones ha demostrado su eficacia en otros lugares de la capital como la playa de La Caleta, donde la playa resiste muy bien los temporales tras la inversión de 6 millones de euros. La apuesta por soluciones duraderas, aunque conlleva un coste mucho más elevado inicialmente, demuestra su rentabilidad a largo plazo.  

San Andrés necesita estabilidad y pensar con luces largas. Esperemos que haya una solución y pronta para esta playa tan querida por los malagueños, cuya erosión ya amenaza a los propios negocios hosteleros.

Artículo publicado por Juan Cassá en Viva Málaga, el martes 18 de septiembre de 2018