Ciudadanos siempre defendemos el control del gasto público y ser realistas con las inversiones. Eso no es incompatible con los principios básicos que basan nuestra acción política: pongámonos a actuar y salgamos del bucle y abordemos las grandes transformaciones por fases. En esta ciudad estamos en una espiral que nos impide mirar más allá y tomarnos en serio las posibilidades de futuro que tiene Málaga. Hay que pensar a lo grande. Y esto no ha sido posible porque PP y PSOE han tenido una insoportable deslealtad institucional jugando un partido de tenis desde el Ayuntamiento y la Junta con los malagueños como perjudicados. También ha contribuido un sector radical que se opone tradicionalmente a todo lo que sea progreso. Hay que ponerse en marcha, y una de las cuestiones que hay que afrontar es el Guadalmedina.

Tenemos un proyecto ganador del concurso de ideas convocado por Ciedes, el proyecto del arquitecto José Seguí. Como siempre, hacemos concursos sin vinculación para ejecución posterior. Y eso genera frustración. ¿Por qué no tomar esa idea como base para el río? A nosotros, desde luego, es la que más nos gusta.

Defendemos una integración del río en la ciudad y eso no pasa por embovedar ni por ir a un modelo de plazas puente como pretende el candidato del PP, Francisco de la Torre. Eso no es otra cosa que ocultar el río. Y, por supuesto, además de los criterios paisajísticos y fluviales, deben primar los económicos. Aquel Plan Guadalmedina original, con cauces desviados y obras faraónicas que ningún ingeniero se atrevió a firmar, era una barbaridad inasumible que se se disparaba por encima de los 500 millones de euros. Sí tenía aquel plan aparejada una cosa muy buena que apenas si se acometió: la reforestación de la cuenca alta. Apenas se hizo un parque, el Ciudad de Málaga, y se secó en un 95%. Pero creo recordar que había otros cinco. Los árboles, además de por paisaje y como sumideros de CO2, son fundamentales en la prevención de avenidas.

Creemos en el modelo de Seguí porque apostaba más por eliminar muros que por crearlos y daba protagonismo a los jardines, riberas, a las zonas de paseo, a los miradores, al paisajismo e, incluso al remo o canoas… En definitiva, es coger la esencia de lo que ha hecho Fuengirola con su río y ser aún mucho más ambiciosos.

Artículo publicado por Juan Cassá en Viva Málaga, el martes 14 de mayo de 2019