Sólo a través de una reja se puede atisbar una de las joyas arqueológicas de Málaga capital, la mezquita funeraria de Yabal Faruh, integrada en el sótano de un bloque de viviendas en el número 22 de la calle Agua. El conjunto, que incluso cuenta con cartelería explicativa e iluminación, sorprende por su buen estado de conservación y es fiel reflejo de la necrópolis que en su día se extendía desde la falda Norte de Gibralfaro hasta El Ejido. Hasta esta zona de la capital se ha desplazado esta mañana el portavoz de Ciudadanos, Juan Cassá, quien ha anunciado una moción a la próxima Comisión de Cultura para que la Junta de Andalucía abra al público este monumento único en España.

“Aquí en el número 22 de la calle Agua existe un conjunto funerario islámico único en España. Es único por su tamaño, el mayor de todos los encontrados. Es único por su formidable estado de conservación. Es único porque se podría integrar en el ambicioso Plan Especial del Monte Gibralfaro. Y es único porque por desgracia se encuentra bajo llave en un sótano, en manos de la Junta, y dentro de una propiedad privada”, ha manifestado el edil, quien ha estado acompañado por el técnico municipal Íñigo Vallejo.

“Eso sí, está listo para abrirse al público, ya que presenta un buen estado de conservación. Y urge que la Junta de Andalucía asuma su apertura y su gestión”, ha añadido, al tiempo que ha considerado fundamental que este tesoro del siglo XII pueda ser visitado por los malagueños y turistas.

“Málaga no puede seguir de espaldas a su historia y a su arqueología. En cualquier otro lugar del mundo esto sería incomprensible. Esta mezquita funeraria tiene que abrirse, y desde luego tiene que abrirse antes de que se haga la obra del Plan Especial del Monte Gibralfaro”, ha proseguido. El portavoz ha querido, en este punto, recalcar que en los próximos días se iniciará la redacción de los primeros proyectos del Plan Especial del Monte Gibralfaro, que incluyen una conexión a media ladera entre calle Agua y Mundo Nuevo. Se prevé invertir en esta y otras actuaciones 6 millones de euros en tres anualidades.

“Es única por su tamaño, el mayor de todos los encontrados; por su formidable estado de conservación; porque se podría integrar en el ambicioso Plan Especial del Monte Gibralfaro, y porque por desgracia se encuentra bajo llave en un sótano, en manos de la Junta, y dentro de una propiedad privada”, ha manifestado Juan Cassá, quien ha anunciado una moción a la próxima comisión de Cultura

Esta vía tendrá jardines jardines históricos, paneles de interpretación y zonas de descanso y, según pide Cs en su moción, sería clave que la mezquita estuviera ya abierta para integrarse en esta futura ruta.

La Historia

Según ha comentado Vallejo, se trata de una de las mezquitas funerarias más importantes de la Península, la de Yabal Faruh. El conjunto está conformado por dos mezquitas funerarias, un par de oratorios fúnebres, así como un mausoleo. Una de las cuestiones más llamativas, que diferencia estas mezquitas de las de rezo, no cuentan con puerta de acceso ni techo, puesto que el Islam marca no construir sobre tumbas.

En su día, la Junta de Andalucía decidió que el conjunto, el más grande de España, se integraría en el conjunto de viviendas y, para ello, se realizó un cierre a finales de la década de los 80. En su momento, llegó a plantearse incluso una fecha de inauguración.

Son, por lo tanto, dos mezquitas excepcionales que datan de los siglos XII y XIII. Suman una superficie cercana a los 500 metros cuadrados que sirven de perfecto centro de interpretación para conocer como eran las necrópolis musulmanas. En concreto, se estima que la zona de enterramientos en aquella época se extendía desde la falda norte de Gibralfaro hasta las inmediaciones del Ejido. No es la única historia que esta zona puede contar, puesto que también fue sede de un hipogeo púnico y una necrópolis del Bajo Imperio Romano con enterramientos de niños dentro de ánforas.

Los documentos históricos refieren a todo este triángulo Gibralfaro-Carrión-Ejido como una zona familiar, arbolada y que experimentó su lógico fin, expolio incluido, a partir de finales del siglo XV con la Toma de Málaga  (1487)